Hola, Soy Farid, también conocido como Faroud.
Nací en Bélgica, pero fui adoptado por padres adoptivos belgas. Crecí en un mundo en el que a menudo sentía que no pertenecía completamente a ningún lado.
Mis raíces están en Marruecos, pero apenas las sentía.
Al mismo tiempo, tampoco me sentía completamente belga.
La relación con mis padres adoptivos no fue fácil, y desde los 15 años estuve solo.
Vivir solo a tan corta edad reforzó mi sentimiento de soledad.
El sentimiento de no pertenecer realmente a ningún lado y la falta de un hogar me moldearon, pero también fue difícil.
Sin embargo, encontré algo poderoso en esa soledad: el espacio para descubrir mi propia identidad.
Hacer música es una de las formas en que doy forma a esa búsqueda y cuento mi historia.
Recientemente escribí una canción que refleja lo que significa la soledad para mí.
La canción es oscura e intensa, pero también tiene luz, una chispa de esperanza de que al final del túnel siempre puede haber algo hermoso.
Este es mi regalo al mundo y a todos los que alguna vez se han enfrentado a la soledad. Puedes descargarla gratuitamente en www.faroud.be
Mi camino no fue fácil, pero me ha convertido en quien soy hoy.
Y eso es algo que abrazo con orgullo y quiero compartir con ustedes.
¡Felices fiestas!
Saludos, Faroud
Después de ver a Remco Evenepoel brillar de manera fenomenal este año, especialmente durante el Tour de Francia y los Juegos Olímpicos, me sentí tan inspirado como fan que tenía que hacer una canción sobre eso.
Sus logros me tocaron profundamente, y esta es mi manera de compartir ese sentimiento.
Durante una de mis aventuras musicales, terminé con alguien que en ese momento estaba grabando Foute Vrienden.
Me preguntó si quería unirme y asustar a Thomas Smith en la Groenplaats.
¡Misión cumplida, diría yo! 😉
En 2006 participé en el Taller Cassius, un concurso de remixes organizado a través de MySpace por la legendaria banda francesa Cassius.
Bueno, en realidad no era un concurso de remixes, Cassius compartió sus acapellas y todos podían darles su propio toque.
Con unas 500 presentaciones, fue un proyecto enorme.
Tuve la suerte de poder hablar brevemente sobre ello en la revista musical Tsugi.